Claramente las empresas son cada vez más optimistas sobre las oportunidades que presenta la economía digital. Empiezan a adoptar áreas como la Inteligencia Artificial (IA) y el Machine Learning (ML) porque reconocen su capacidad para ayudarles a innovar más rápido, a impulsar el cambio y a operar de forma más eficiente y segura. Sin embargo, el increíble ritmo del cambio tecnológico hace que parezca imposible seguirlo, y con tantas novedades y tantas compañías intentando aprovechar los beneficios, muchas veces es difícil encontrar las capacidades necesarias para dar soporte a estas áreas.
Por ello, los líderes con visión de futuro deben intentar capitalizar las ventajas que ofrece la nueva generación de la nube autónoma.
¿Qué es el Autonomous Cloud?
Se trata de toda una nueva categoría de servicios cloud. Este nuevo estilo de plataforma cloud basada en IA y ML tiene el potencial de ayudar a las empresas de todo el mundo a reducir riesgos, bajar costes, hacer más con menos y obtener un mayor valor del activo más importante que tienen: sus datos.
En el largo plazo, la ‘organización autónoma’ resultante llegará a un estado ideal donde no se necesite el toque humano para gestionar las operaciones del día a día y mantener sus sistemas. En su lugar, la IA y la automatización trabajando juntas en armonía, gestionarán todo (desde bases de datos a desarrollo de aplicaciones) para ofrecer información predictiva sobre los procesos de negocio sin necesidad de interacción humana. Esto liberará recursos que, al ser relevados de la gestión de sistemas tecnológicos complejos, pueden ser aprovechados para tareas de mayor valor para el negocio: innovación, creación de nuevas aplicaciones, y búsqueda de mejores maneras de atender a los consumidores, a los empleados y a los partners.
La nube autónoma se basa en tres conceptos principales: auto-gestión, auto-securización y auto-reparación. Mediante la gestión autónoma el servicio realiza su propio backup, arregla los problemas por su cuenta, se recupera rápidamente y se actualiza de manera automática, todo ello mientras está activo y funcionando. Esto mejora la eficiencia, reduce los costes y elimina el trabajo humano y por tanto el error humano.
Al encargarse de su propia seguridad, el sistema aplica parches automáticamente sin que el sistema sufra caídas, ayudando a su protección frente a ataques externos maliciosos. Según Forbes, el 85% de las brechas de seguridad aprovecharon vulnerabilidades del sistema para las que había existido un parche durante 12 meses.
Finalmente, imaginemos que fallan los servidores principales de una organización. Bajo estas circunstancias normalmente las posibilidades de recuperar los datos son mínimas. Pero las organizaciones que han implementado servicios cloud autónomos (gracias a este tercer aspecto de auto-reparación) cuentan con una protección automática frente a caídas planificadas y no planificadas, de modo que incluso si un servidor se cae por un desastre, el servicio contará con backup y se recuperará sin ninguna disrupción para el usuario final.
Nuevas capacidades autónomas
Para muchas empresas, estas nuevas capacidades autónomas ya están tardando. Internamente, muchas compañías se enfrentan a enormes retos por la gestión de plataformas de TI antiguas, donde el 80% de los recursos se dedica a gestionar actividades ‘business[3] as usual’. Estas compañías se ven comprometidas por la actual explosión de datos y el aumento de ciberataques y fugas de datos (ambos cada vez más fuera de control y más difíciles de manejar). Además, muchas se enfrentan a la nueva competencia por parte de startups que sí tienen la capacidad de innovar de forma continua y escalar sus negocios para abordar nuevos proyectos gracias a las capacidades cloud. No les queda tiempo para modernizarse.
Afortunadamente, con el auge de nuevas tecnologías como la nube autónoma, nunca ha habido más oportunidades para los líderes de negocio para hacerse con el control. Aprovechando los servicios de cloud autónoma, las compañías tecnológicas pueden ofrecer nuevas capacidades y más valor empresarial de forma mucho más rápida que nunca habrían soñado.
Los beneficios no son solo para grandes organizaciones, los servicios autónomos también son accesibles para las pequeñas. Ser grande y rápido no significa mucho en esta era digital, lo realmente importante es ser inteligente, ágil y capaz de moverse en la dirección adecuada. Y esto es precisamente lo que hace la nube autónoma para capacitar a las empresas modernas.
Gracias a los servicios autónomos las compañías sin un administrador de bases de datos o de hardware propio obtendrán acceso a nuevas tecnologías como soluciones de data warehousing por primera vez, permitiéndoles competir mejor.
Fuente: MCPRO
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