El mundo moderno, como lo conocemos, va a pasos agigantados en la incorporación de la tecnología a nuestras vidas, y de esto no escapan los empleos. Ejemplo de esta automatización del mundo, está en la cotidianeidad. Marcar un turno, escuchar radio y comunicarnos con seres queridos está a un solo clic y al alcance de nuestras manos.
Ante esta emergente invasión de la tecnología a nuestras vidas, entra en debate la posibilidad de sustitución, de humanos por máquinas, y automatización del planeta. Con esto la desaparición de empleos y lo que ello conlleva.
Esta última teoría, confirmada por Foro Económico Mundial (FEM), tras la publicación de su informe (‘The Future of Jobs 2018’), en el que destaca la desaparición de 75 millones de empleos.
Sin embargo, esto no representa una mala noticia. Ya que la automatización, algoritmos y otros avances potenciales reman en la misma dirección, no solo para desplazar puestos de empleo, sino también para generar “nuevos trabajos de alta calidad”, 133 millones a la par, para ser específicos.
Aunque estemos acostumbrados a esta clase de informes, conviene reparar en este por su capacidad de marcar agenda, ya que la anterior edición del informe biaunal, publicada en enero de 2016 y reconvertida en libro superventas ('La cuarta revolución industrial'), se ha convertido en uno de los argumentos de autoridad más citados en todos los vaticinios sobre el futuro laboral. Especialmente en lo que concierne a las medidas tomadas de aquí a 2022 para evitar un “indeseable escenario en el que todos pierdan”, en palabras del alemán, que se traduciría en desempleo masivo, escasez de talento y una creciente desigualdad.
En este sentido, el FEM señala de forma directa a las empresas como responsables de evitar que este escenario ocurra, al tiempo que las culpa, hasta el momento, de no estar haciendo lo suficiente.
Tan solo un puñado de trabajadores, ya bien formados y bien valorados dentro de la compañía, están recibiendo el entrenamiento necesario para enfrentarse a la cuarta revolución industrial; el resto corre el riesgo de quedarse atrás.
Es tan cierta, esta aclaratoria que un 84% de las compañías piensa enfrentarse a las nuevas necesidades contratando nuevos trabajadores con las habilidades que buscan.
La solución, sugiere el informe, no puede encontrarse únicamente en cruzar los dedos y confiar en encontrar en el mercado a los trabajadores con la formación necesaria. Hay una carrera contrarreloj: de aquí a 2022, al menos el 54% de los trabajadores tendrán que mejorar sus habilidades. Seis meses serán suficientes para un 35% de ellos, de seis meses a un año para el 9%.
Pensamiento analítico, la innovación, el aprendizaje activo, el diseño tecnológico o la programación, son algunas de las habilidades más demandadas en los próximos años, y precisamente estas serán las que moldeen los empleos que serán más y menos demandados.
En este sentido, el FEM presentó cuales son los 9 empleos emergentes:
Analistas de datos y científicos
Especialistas en Inteligencia Artificial y Aprendizaje de Máquinas
Managers generales y operativos
Desarrolladores de software y aplicaciones, además de analistas
Profesionales de Ventas y marketing
Especialistas en big data
Especialistas en nuevas tecnologías
Especialistas en desarrollo organizacional
Servicios de tecnología de la información
Fuente: Urgente 24
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